Événements poétiques | Un Pan de Poèmes pour Toutes à l'École & La Journée Internationale des Droits des Filles 2021 & N°10 | Célébrations | Dossier majeur | Florilège
La niña que sabe
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© Crédit photo : "Première de couverture de l'œuvre pour la jeunesse de Ciela Asad, illustrée par Matias De Brasi image fournie par l'auteure.
María es un hermoso nombre, dijo, cuando Juan se burlaba porque le parecía antiguo.
-La tierra es antigua, dijo María, y si hubo muchas Marías, será porque está bueno. Lo dijo sin pensar y siguió pensando que los nombres no son importantes. Entonces…¿qué es importante?
Decidió hacer una lista, le costó decidir si empezar de afuera hacia adentro o de adentro hacia afuera. Es decir, de las estrellas a ella, o de ella a las estrellas.
El sol es importante y lo saludó. Las nubes son importantes y las saludó una por una, y les puso nombres : pluma tímida, playa de agua, condorita, ojo de sandía…La tierra es importante y se tiró sobre ella, sin importarle nada que tenía puesta la remera blanca nueva y el pantalón que más le gustaba.
Cuando estaba acostada boca abajo, vio los pastos que estaban creciendo, y les dijo: ustedes sí que son importantes, los acarició y le parecieron tan suaves que se dio vuelta para quedar boca arriba, y se imaginó que esos yuyos verdes eran sus cabellos: una inmensa cabellera verde que brillaba con el sol.
Entonces pensó que ella también es importante, con esa cabellera verde y ese corazón que le galopa tu tum tu tum.
Las manos golpeaban la tierra al ritmo de su corazón, la tierra también es un tambor.
De pronto el galope de su pecho se hizo más y más fuerte y sintió que su pecho era una montaña que se elevaba más alto con cada respiración. En el pico más alto de esa elevación, un caballo alazán, se asomó, erguido sobre dos patas con un relincho estremecedor.
María no se asustó. El caballo la miró complacido y salió al trote por el campo a todo galope.
Ella se quedó mirando sin pensar en nada de nada, solo eso, mirando cómo se alejaba el caballo que había brotado de su pecho.
Esa noche no tenía ganas de cenar, aunque su mamá insistiera. Tampoco tenía ganas de hablar, porque sentía una felicidad deliciosa, más rica que cualquier comida o postre. Lo único que dijo antes de ir a dormir es: quiero tener el cabello verde. La madre para no contradecirla a esa hora le dijo:- bueno, mañana vemos.
María se durmió felíz, imaginando llegar a la escuela con su cabellera verde, y al salir …su alazán esperándola en la puerta.
A la mañana siguiente fue la primera en despertarse. Se miró al espejo y se desilusionó un poco porque el cabello seguía siendo oscuro. Toda la noche soñó que cabalgaba por el campo abrazada a su caballo… y su cabellera haciéndole cosquillas.
Mientras se cepillaba los dientes se dio cuenta que caballo y cabello eran palabras muy parecidas, y también se acordó de una canción que le cantaba su tía cuando era chiquita:
Yo tengo un caballo verde que hace piruetas….
Pero ahora esa canción le parecía un poco tonta entonces inventó:
“Una cabellera verde y un caballo negro no necesitan caballero
ni anillos, ni llaveros, ni baberos
solo necesitan una pradera
para cabalgar anhelos”
Le salió así, y como no sabía qué quería decir anhelos, buscó la palabra en el diccionario.
“deseo intenso de una cosa”
¿Y cuál era su deseo intenso?
Encontrarse con su caballo alazán.
Pasaron las horas de ese día, de otro y de otro, y nada. Cuando ya empezaba a pensar que no lo vería más, sintió un relincho. Sus oídos se alargaban y acercaban como un trombón, al tiempo que giraba sobre sí misma… y fue entonces cuando vio un barullo de polvo entre dos árboles, una larga y brillante cola negra de caballo, otro relincho y ahí estaba él, parado en dos patas saludándola medio en el aire y medio en la tierra.
Se miraron largamente. Nada le hubiera gustado más que montarlo. Pero era un caballo salvaje y libre…y ella también. Así que ambos eligieron un punto del paisaje y ahí se quedaron en silencio, mirando los pinos, y todo lo que había adentro, detrás y detrás.
Caballo y María se sonrieron: ella se sintió caballo. El se sintió Marìa.
Al cerrar los ojos, llevó las manos al pecho. Y no sabe cómo sucedió, pero: Tu tum tu tum, su caballo alazán salvaje estaba ahí en su pecho. Recordó que de ahí había salido y ahí podía buscarlo cada vez que lo necesitara.
Al día siguiente, su mamá la dejó pintarse una mecha de cabello verde, y para ella fue suficiente, se fue corricabalgando a la escuela, sintiéndose feliz como los árboles que rodeaban su casa, linda como las plantas verdes que había plantado su mamá, y fuerte como su caballo alazán.
© Ciela Asad.
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Pour citer ce poème espagnol en prose
Ciela Asad, « La niña que sabe » poème en prose engagé & reproduit avec l'aimable autorisation de l'autrice & de sa maison d'édition, Le Pan poétique des muses|Revue féministe, internationale & multilingue de poésie entre théories & pratiques : Évènement poéféministe | « Un Pan de Poèmes pour Toutes à l'École & La Journée Internationale des Droits des Filles 2021 » N° 10 | Automne 2021 « Célébrations », mis en ligne le 14 octobre 2021. Url :
http://www.pandesmuses.fr/11octobre21/cielaasad-laninaquesabe
Mise en page par Aude Simon
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